La mayoría de las personas que padecen de Litiasis Renal o cálculos/piedras renales, tienden a expulsarlas a través de la orina, pero para aquellas que desarrollan piedras que miden más de 2cm es necesario realizar una operación para poder extraerlas. Actualmente se siguen practicando cirugías abiertas pero la mejor cirugía es la Percutánea de Riñón, debido a que es un procedimiento mínimamente invasivo.
Esta cirugía, conocida también como Nefrolitotricia Percutánea (NLTP), consiste en realizar un pequeño corte, de aproximadamente 1cm en la zona lumbar, por el cual se introduce un tubo que permite el acceso hasta el riñón para fragmentar y extraer los cálculos renales.
La Litiasis Renal de tipo Coraliforme, se da cuando la orina saturada de cristales va lentamente depositando sales minerales dentro del riñón formando en su interior grandes piedras con forma de corales, para extraer estas piedras se puede llegar a requerir más de una punción y por cada punción hay riesgo de sangrado.
La Cirugía Percutánea de Riñón se comenzó a realizar desde la década de los 70’s y ha sufrido desde entonces muchas modificaciones. No todos los cirujanos realizan la Cirugía Percutánea de Riñón (NLTP o PCNL), algunas de las causas son:
Se requiere de un alto nivel de entrenamiento en cirugía endoscópica, pues esta operación es una de las más complicadas.
Contar con instrumental de última generación.
Es una cirugía de mínima invasión.
La recuperación es mucho más rápida y con menos dolor.
Ninguna cirugía para piedras grandes de riñón (mayores a 2 cm) es tan efectiva como para dejar 100% libre de piedras con un solo procedimiento, sin embargo con la NLTP tenemos una efectividad del 90% a 95%.
El proceso de la cirugía Nefrolitotricia Percutánea (NLTP) o Percutaneous Nephrolithotomy (PCNL) consiste en los siguientes 10 pasos:
Posición del paciente.
Delinear las cavidades del riñón.
Punción al riñón con una aguja guiado por Rayos x o Ultrasonido.
Introducir una guía de alambre.
Hacer un túnel desde la piel hasta las cavidades del riñón.
Introducir un tubo de plástico y por ahí
Meter una lente (Nefroscopio) para ver la piedra y después.
Fragmentar el calculo renal.
Extraer los fragmentos.
Finalizar la operación.
Estamos limitados a 2 horas de cirugía por los riesgos de absorción de líquidos, infección y sangrado por lo que existen dos formas de terminar una Cirugía Percutánea de Riñón.
La otra forma de terminar la operación, cuando no se pudo eliminar el 100% de la piedra, es dejando un Tubo de plástico o sonda llamada Nefrostomía.
El dejar una Nefrostomía nos permite volver a entrar al riñón en otro momento, es decir una segunda cirugía que puede ser algunos días, semanas o meses después de la primera operación, con la ventaja de que el “túnel” o “trayecto” ya esta formado y en todo caso únicamente hay que dilatarlo según nuestras necesidades, sin el riesgo de volver a puncionar el riñón, por esto mismo menor riesgo de sangrado.
A través de una sonda de Nefrostomía, se pueden hacer estudios de tipo radiografías para verificar que no haya piedras residuales después de la operación. Si todo esta en orden y no hay evidencias de cálculos residuales se retira la sonda de Nefrostomía unos cuantos días después de la operación.
Por las características de la cirugía los riesgos más importantes son: Sangrado, Infección, Perforación de otros órganos, Fístula urinaria y Nefrectomía.
Además con cálculos muy grandes como los coraliformes se puede llegar a requerir más de una punción, por lo que la cirugía es más compleja y por cada punción hay riesgo de sangrado.
Debemos evitar hacer Cirugía Percutánea de Riñón especialmente en pacientes con infección activa en las vías urinarias, pacientes con alteraciones de la sangre y alto riesgo de hemorragia.
A partir de los 40 años de edad, las personas que tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata, llegan a tener entre 3 y 6 veces más posibilidades de padecer un cáncer, por lo que es muy importante hacer exámenes de rutina.
Normalmente estas piedras grandes dentro del riñón tienen una tendencia a seguir creciendo y aunque en muchas ocasiones no hay dolor y la única manifestación son infecciones recurrentes, la litiasis coraliforme va afectando la función renal hasta al grado de que el riñón ya no funciona, las consecuencias que pueden ser letales.